OBRAS COMPLETAS DE JOSE CARLOS MARIATEGUI

HISTORIA DE LA CRISIS MUNDIAL

   

 

EL MOVIMIENTO NACIONALISTA HINDU

 

Como afirma Romain Rolland, la India está en marcha. Se cumple en ese inmenso país un movimiento emancipador, en el que los factores económicos y políticos se confunden con los religiosos y que, en gestación mucho tiempo atrás, ha entrado en una fase activa después de la guerra, bajo la dirección espiritual de Gandhi, cuyo nombre en breves años se ha impuesto a la estimación del mundo como el de un apóstol del resurgimiento oriental.

1919 encontró a Gandhi a la cabeza del movimiento de emancipación de su pueblo. Hasta entonces Gandhi sirvió fielmente a la Gran Bretaña, Durante la guerra colaboró con los ingleses. La India dio a la causa aliada una importante contribución. Inglaterra se había comprometido a concederle los derechos de los demás «dominios». Terminada la contienda, Inglaterra olvidó su palabra y el principio wilsoniano de la libre determinación de los pueblos. Reformó superficialmente la administración de la India, en la cual acordó al pueblo hindú una participación muy secundaria. Respondió a las quejas hindúes con una represión marcial y cruenta. Ante este tratamiento pérfido, Gandhi rectificó su actitud y abandonó sus ilusiones. La India insurgía contra la Gran Bretaña y reclamaba su autonomía. La muerte de Tilak había puesto la dirección del movimiento nacionalista en manos de Gandhi que ejercía sobre su pueblo un gran ascendiente religioso. Gandhi aceptó la obligación de acaudillar a sus compatriotas y los condujo a la no cooperación. La insurrección armada le repugnaba. Los medios debían ser, a su juicio, buenos y morales como los fines. Había que oponer a las armas británicas la resistencia del espíritu y del amor. La evangélica palabra de Gandhi inflamó de misticismo y de fervor el alma indostana. El Mahatma acentuó, gradualmente, su método. Los hindúes fueron invitados a desertar de las escuelas y las universidades, la administración y los tribunales. La táctica de la no cooperación se encaminaba a sus últimas consecuencias: la desobediencia civil, el rehusamiento del pago de impuestos. La India aparecía próxima a la rebelión. Se produjeron entonces algunas violencias. Siguieron el proceso y la prisión de Gandhi. El movimiento emancipador, bruscamente contenido en su desarrollo, cayó en una etapa de depresión.

El Congreso Nacional Indio de 1923 marcó un descenso del gandhismo. Prevaleció en esta asamblea la tendencia revolucionaria de la no cooperación; pero se le enfrentó una tendencia derechista o revisionista que, contrariamente a la táctica gandhista, propugnaba la participación en los Consejos de Reforma creados por Inglaterra para domesticar a la burguesía hindú. Al mismo tiempo apareció en la asamblea, emancipada del gandhismo una nueva corriente revolucionaria de inspiración socialista. El programa de esta corriente, dirigido desde Europa por núcleos de estudiantes y emigrados hindúes, proponía la separación completa de la India del Imperio Británico, la abolición de la propiedad feudal de la tierra, la supresión de los impuestos indirectos, la nacionalización de las minas, ferrocarriles, telégrafos y demás servicios públicos, la intervención del Estado en la gestión de la gran industria, una moderna legislación del trabajo, etc. Posteriormente la escisión continuó ahondándose. Las dos grandes fracciones mostraban un contenido y una fisonomía clasistas. La tendencia revolucionaria era seguida por el proletariado que, duramente explotado sin el amparo de leyes protectoras, sufría más la dominación inglesa. Los pobres, los humildes eran fieles a Gandhi y a la revolución. El proletariado industrial se organizaba en sindicatos en Bombay y otras ciudades indostanas. Las tendencias de derecha, en cambio, alojaban las castas ricas, los «parsis», comerciantes, latifundistas.

Cuando el gobierno laborista de Mac Donald lo amnistió y libertó, Gandhi encontró fraccionado y disminuido el movimiento nacionalista hindú. Poco tiempo antes, la mayoría del Congreso Nacional, reunido extraordinariamente en Delhi en setiembre de 1923, se había declarada favorable al partido dirigido por C. R. Das, cuyo programa se conformaba con reclamar para la India los derechos de los «dominios» británicos y se preocupaba de obtener para el capitalismo hindú sólidas y seguras garantías.

En los últimos años, muerto C. R. Das, que posteriormente a 1923 se acercó mucho al gandhismo, Gandhi ha vuelto a la dirección activa del movimiento hindú, que insiste con nueva energía en sus reivindicaciones inclinándose otra vez a apelar al método de la no cooperación, cuyos principios parecen haber seguido penetrando y definiéndose en la conciencia hindú, al influjo del Mahatma.